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novienvre: portada
  • N° páginas : 132
  • Medidas: 230 x 150 mm.
  • Peso: gr
  • Encuadernación:
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novienvre RODRIGUEZ RODRIGUEZ,LUIS

Una novela que explora el concepto de identidad a partir de la experiencia vital de un niño que vive en un pueblo, hasta que, ya de adulto, se va a estudiar a la ciudad.

Editorial:
Ilustrador:
Óscar Sanmartín Vargas
Colección:
2º ASALTO
Materia BIC:
FICCIÓN MODERNA Y CONTEMPORÁNEA
ISBN:
978-84-96911-94-9
EAN:
9788496911949
Precio:
16.35 €
Precio con IVA:
17.00 €

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Sinopsis

NOVIENVRE explora el concepto de «identidad» a partir de la experiencia vital de un niño común y corriente que crece y vive en un pueblo del norte de España, hasta que, ya de adulto, se traslada a la ciudad para estudiar banca. Este nuevo hombre se llama sencillamente Luis Rodríguez, protagonista y narrador al tiempo; un hombre cuya incapacidad de tomar decisiones, le lleva a vivir la vida dejándose llevar.
«En novienvre (…) se esconde la irreverencia de la palabra frente a la mojigatería de la sociedad actual», González de la Cuesta.

El libro en los medios

RESEÑA DE "NOVIEMVRE", DE LUIS RODRÍGUEZ- LITERATURA VILLALBA (11/02/17)

11/02/2017

noviemvre es una autobiografía de corte impresionista cuyo universo inicial se construye sobre la memoria personal y colectiva del pueblo natal del escritor, para conforme avanza en el tiempo irse transformando en una aventura existencial y muy personal del escritor.

Aventuras iniciáticas, Revista Turia, 16/12/2016

16/12/2016

Reseña de Juan Villalba Sebastián

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novienvre, de Luis Rodríguez (Llegir en cas de incendi)

20/11/2016

El 2016 Tropo ha reeditat Novienvre, en una acurada edició, amb una coberta extraordinària i inquietant, obra d’Óscar Sanmartín. El llibre ve acompanyat d’un pròleg indispensable, amb títol propi, La tumba sin sosiego, de Ricardo Menéndez Salmón, en el qual explica com va conèixer l’obra de l’escriptor, una perla en aquest conjunt d’originals que es presenten als concurso literaris, i en fa una valoració admirativa i contundent. Rodríguez aplega en aquesta narració la millor tradició de la prosa castellana contemporània i clàssica. Hi trobem ressons de grans escriptors i escriptores de la postguerra i dels seixanta, de vegades bandejats, més enllà de quatre o cinc, a causa de les modes, tendències i negocis editorials diversos. Novienvre ja ens colpeix amb el seu títol, una paraula escrita a posta de forma incorrecta, una errata, com potser ho és, també, la vida mateixa. És un llibre complex i fàcil de llegir al mateix temps, que defuig qualsevol interpretació, hi trobem l’Espanya rància i profunda, negra i inquietant però també plena d’una estranya grandesa en la seva crueltat decadent. ot és ficció i no ho és, al mateix temps, en la literatura. La novel·la segueix un cicle, ens explica tota una vida de forma breu i capriciosa i acaba amb la pròpia mort del narrador explicada per ell mateix, com la resta. Hi ha elements esperpèntics, situacions que ens evoquen la novel·la picaresca, res no sembla tenir sentit, la vida s’escola sense grans objectius, en el marc d’un existencialisme a la manera hispànica, el fàstic existencial aflora en alguns moments amb un realisme aspre i cantellut. És aquest un llibre ple de símbols i referències, tot un seguit de petites històries que semblen no lligar entre si però que conformen un conjunt que neguiteja, que té espurnes d’humor intel·ligent i, sobretot, que traspua molta lectura, molta base sòlida al darrere, i això es percep i s’agraeix en un moment en el qual es publica tanta palla insubstancial destinada a fer allò que es defineix amb una frase terrible, matar el temps.

novienvre, de Luis Rodríguez (Blog Bibliofilosisletrae)

09/07/2016

Cuando, el último día de la Feria del Libro de Madrid, examinaba curiosa los libros expuestos en la caseta de Tropo Editores, Óscar, el editor, empezó a presentarme los mismos. Y entre todas sus palabras incluyó un concepto que inevitablemente atrapó mi atención... «Nos centramos en dos cosas: rescatar historias olvidadas y descubrir nuevos autores», me comentó, con esas u otras palabras. «Nuestro descubrimiento más reciente ha sido Luis Rodríguez», me reveló. Y me habló sobre su personal forma de ver el mundo y de expresarlo. Y caí por culpa de esa reunión de palabras (descubrir, nuevo, escritor, personalidad), por culpa de que además el escritor en cuestión es español, y por culpa del discurso entusiasmado (y en apariencia sincero) de su editor. Obtuve parte de lo que quería: una novela diferente, fuera de las formas habituales de escritura, que consigue llamar la atención y que, aunque atendiendo a mi experiencia con ella le falta condimento, no aburre. No pude compartir, sin embargo, todo el entusiasmo con que me fue presentada. novienvre es una novela corta que incluye un prólogo elogioso de Ricardo Menéndez Salmón y seis partes en las que Luis Rodríguez desarrolla la historia de una vida (¿La suya? A mí no me lo parece, pese a que en la sinopsis se afirme que es autobiográfica. Quizá una autobiografía tocada de surrealismo...) desde la infancia hasta la madurez. Muestra la realidad cruda, sin temor a reflejar actos y pensamientos pecaminosos o poco elegantes, secretos inconfesables presentes en la vida de la mayoría pero de los que uno no suele dar cuenta. Su realidad se desarrolla, primero, en el pueblo de la infancia de Luis. Tardes interminables de colegio marcadas por el tañido de la campana de la iglesia y las palmas del profesor contra la cara de los alumnos. Tardes de sol que se enreda en los árboles y cae al río, que suena a amigos que juegan y se bañan y se descubren. Pasa el tiempo y llegan los estudios, el trabajo, ya no hay pueblo, la ciudad, y los regresos. Las decepciones, los cambios. Un taller de escritura. Los reencuentros, los recuerdos... Toda la vida, recogida en escenas sueltas, y la muerte. novienvre es eso: una sucesión de escenas que a veces desconcierta y desubica al lector, lo zarandea de una situación a otra, de un personaje a otro, de un pasado a un presente y a un futuro, del sexo a la monotonía laboral al desencuentro personal al chiste y a la muerte. Nombres propios que aparecen y desaparecen a su antojo. "Me suena Genaro, ¿conocía yo de algo a Genaro?", se pregunta el lector, y viaja al pasado para ver si Genaro estaba ahí, si Luis se lo contó en alguna de las escenas de su vida. Un libro extraño. No es para recomendar a ciegas. Tampoco es de los que se olvidan, porque tiene algo que permanece en su forma de unir palabras y determinadas ideas originales bien construidas. Pero me ha faltado un núcleo, algo que hiciera que todos sus retazos de vida se unieran en mi cabeza en uno solo, en una "idea madre" tan bien construida como algunas de sus hijas. Ah, y siempre hablo de los finales. Este me gustó, por ser sugerente, pero me pareció tan independiente del resto de la historia como cualquier otro de los retazos mencionados.

FRANCISCO ESTÉVEZ / 2015, ASALTO A LA NARRATIVA ESPAÑOLA. ÍNSULA

10/05/2016

“Resuena entre pocos el secreto de Luis Rodríguez, escritor de culto para reducido número de lectores. La muerte, el sexo, el desarraigo o el nihilismo de La soledad del cometa (2009) alcanzaron extraña luz en novienvre (2013), ambas publicadas con valentía por krk y ahora también por Tropo. La forzada errata del título como epítome de un fracaso mayor continuado en el niño protagonista al que acompañamos con desaforado sentir. Su actual La herida se mueve (Tropo) arranca «Ya en la habitación, las rendijas de la persiana, iguales, son un código tarado, indescifrable. Hay lenguajes por todas parte». Así ocurre en esta inclasifi cable novela que se resiste a ser resumida, condensada o explicada y, a la par o precisamente por ello, rezuma lenguaje exprimido a su esencia... Una literatura sin contemplaciones transmite el vértigo del auténtico escritor y sus máscaras”.

Novienvre, Libros y Literatura (Blog)

05/05/2016

Cuando me enfrento a un libro de una pequeña editorial, no suelo tener, ni querer, ninguna información sobre él. Mucha es la gente a la que cada vez más escucho decir que quiere que un libro le sorprenda, que esa debe ser parte de la magia. Así pues, al leer historias de este tipo todos soñamos con ese deslumbramiento y descubrimiento de un nuevo autor o autora. Y todos aquellos que tienen la bondad de leerme, saben que, por lo general, a mí me gusta también llegar lo más “virgen” posible a las lecturas. Si son ustedes de mi vieja escuela, no lean el prólogo de este libro. No quiero decir que no lo lean nunca, ¡claro!, y no porque cuente mucho o poco sobre el libro, que nada dice, o el autor, sino porque puede, y digo solamente puede, romper esa magia que nos une para siempre ya con un libro. Les propongo leerlo al final, cuando, aun fresca su lectura, se pregunte usted, que lo hará, no lo dude ¿Quién es Luis Rodríguez? Y ahí estará Menéndez Salmón, para contarle lo que usted quiera saber. Dicho esto, veamos que les cuento sobre esta historia que pudiera parecer autobiográfica y que narra en primera persona, y a través de seis capítulos, la vida de un tal Luis Rodríguez. Siempre es importante la narración en primera persona, eso hace que nos acerquemos al protagonista y a la historia en su conjunto de una forma mucho más emocional. En seis capítulos se divide el libro, capítulos desiguales que avanzan desde su infancia en algún lugar de Cantabria, hasta un poco más allá de donde un hombre puede contar de sí mismo. Es posible que el lector se sorprenda con ese capítulo tres. Yo que soy una extraña lectora, lo he disfrutado, he querido pensar que nada está ahí porque sí. He analizado el orden y he reflexionado sobre cada una de esas historias. Cada cual tiene su propio capítulo 3. Me ha gustado su forma de “narrarse”, sobre todo la infancia, plagada de esas cosas que están siempre en las infancias ajenas y lejanas. La dureza vista con la ternura del recuerdo, frases populares para lectores de hoy, no demasiado jóvenes… frases cortas que agilizan el paso de la vida, entreveradas con otras que complican la existencia, no al lector, sino la existencia misma. “Bien alimentado, fui a la escuela, jugué en la calle, ayudé a mi padre a ordeñar, a esbarriar y limpiar la cuadra, y también lo ayudé en verano con la hierba, nunca hasta el cansancio. Papa jamás me obligó, lo hizo con “naturalidad” y, ahora, pensando en ello, sospecho que no quería que fuera como él, aunque tampoco hizo nada por evitarlo. No recuerdo caricias, tampoco cachetes. Tengo de él la conformidad, como algo genético, no aprendida ni mucho menos enseñada.” La vida se enreda con el paso de las palabras … Luis va creciendo, atrás quedarán el pueblo… y sus muertos, y los amigos, y ellas, que siempre irán con él. “novienvre” es un libro para aquellos que, dentro de la calidad indiscutible, le piden a la literatura un paso adelante sin dejar de mirar nunca al pasado.

Catalunya Ràdio, Jordi Cervera

15/03/2016

Fa mal a la vista trobar-se de cara amb un llibre que es titula “Novienvre”, així, escrit amb “n” i “v”, però més enllà d’aquesta aparença, la seva lectura és un autèntic i gratificant exercici de risc literari L’acaba de publicar Tropo Editores i és una magníca novel•la de Luis Rodríguez. Nascut a Cossío, un poble de Cantabria, l’any 1958 és considerat com un autor quasi secret. De fet fins i tot Ricardo Menéndez Salmón, l’autor del pròleg de “Novienvre” que acaba de recuperar l’editorial de Saragossa (es va publicar l’any 2013 a KRK) amb una portada de gran bellesa tal i com és habitual en tots els llibres que edita Óscar Sipan, obra d’Óscar Sanmartín, el qualifica d’escriptor salvatge i posa en dubte, fins i tot, la seva existència real. Sigui com sigui, el que de veritat és real és el llibre, una història curta i d’una contundència brutal, d’impacte directe, sense concessions ni fissures, una autèntica peça de combat literari. Una història que arrenca de la terra, de les percepcions d’una realitat que ens supera, la crònica d’uns indrets que transitem sense tenir-ne plena consciència. Hi ha un punt d’ingenuïtat gens innocent i aquesta concepció de l’error com si es tractés d’una qüestió natural que no cal discutir. És perdre el temps. La vida és com és i no cal entestar-se a canviar-la, a adaptar-la, a provar de modificar-la i aquesta és potser la clau de la història, una mena d’autobiografia formada per records que no persegueixin ni la complaença ni la culpabilitat, potser ni tan sols el plaer delicat d’exercitar la memòria. Una vida que avança sense un especial sentit, sense uns objectius predeterminats que cal assumir per obligació. I de la mateixa manera que no hi ha complaença, tampoc no hi ha ni romanticisme ni tendresa. Les emocions neixen i viuen, però ningú no s’hi recrea de manera essencial, no tenen importància en elles mateixes, només són necessàries per anar superant aquest trànsit però tampoc no cal perdre-hi el temps convertint-les en cabdals. Tot el que explica Rodríguez té una violència gestual que colpeix, el desarrelament absolut no és una emoció fàcil de pair i, és clar, afecta. Tot supura una certa capa de manca de finor, tot és maldestre, veloç, sense cap interès per arribar al fons de les qüestions. Tot s’ensorra però tampoc no és important ni provoca cap trauma. L’estil, igual que la trama, tampoc no fa concessions ni s’entreté a passejar per les branques. Directe, amb un ritme contundent, sense floritures ni paraules supèrflues, es clava l moll de l’ós, apunta el fet i deixa que el lector s’imagini els decorats, les sensacions, els sentiments i tota l’escenografia. Fets i contundència sense lenitius. I un humor negre d’impacte, que colpeja però que també passa com un moixó, sense deturar-se. Pica i fuig. Pica i deixa que la llavor germini quan ja no hi és. Qui sap, potser aquesta recuperació de Tropo ara farà justícia i ens descobrirà un autor singular i poc amic de la metàfora fàcil.

novienvre (DEVANEOS)

30/11/2015

Hasta el momento Luis Rodríguez (Cosío, 1958) ha publicado tres novelas. Ya he referido aquí mis impresiones de su primera novela, La soledad del cometa (KRK Ediciones, 2009), y de la última, La herida se mueve (Tropo editores, 2015). Ahora le toca el turno a Novienvre, publicada en 2013. Novienvre me parece más convencional que la primera y la tercera novela, todo lo convencional que puede resultar una obra de Luis Rodríguez. El relato es lineal. Arranca en un pueblo de Cantabria con un niño de dos años buscando la teta de su madre, para quien su retoño es la caraba. El niño es un tal Luis Rodríguez, lo que recuerda, no sabe si es tal o si son anécdotas injertadas. Es un pueblo más, de los de aquellos años, en los que los adultos zurraban la badana a los niños, ya fuera en el colegio y/o en las casas, mientras los niños, luego adolescentes, se masturbaban y afanaban en tocar los pechos femeninos que tenían más a mano, mostrando su inexperiencia en las cosas del meter y similares. Luis se juntará con prendas como él, entre ellos un tal Genaro. La vida avanza. Luis crece, deja el pueblo, estudia en la ciudad, se aplica, comienza a trabajar en un banco, gana dinero, busca sensaciones fuertes, como que lo ahostien, para luego buscar el placer en la mejoría desde el dolor a la cura. Asiste a un taller de escritura. Escribe. “Por la mañana, en el trabajo, vivo tan alejado del niño que fui que parece un antepasado mío. De noche, en la cama, el niño regresa y crecemos juntos”. Luis conoce a Teresa. Tienen algo parecido a una relación, cada uno entra en el otro. Él buscaba sensaciones fuertes. Las tendrá. Ella le pide que le prometa que se suicidarán juntos. Él calla. Entra Genaro. El amigo de mocedad de Luis. Entra en escena y en Teresa. Podría ser un triángulo sexual. No lo es. Al contrario que en La soledad del cometa, Luis, nos hurta las sodomizaciones. La vida fluye. Luis también, cuando va de putas. El capítulo cinco empieza bien. Anoche maté a mi padre y lo enterré en el jardín. Fue un accidente. Y como todo lo que empieza acaba, el sexto capítulo dará matarile al libro. Un sexto capítulo que comienza “parecido” al quinto, pero si me dedico a reproducir aquí y ahora todos los párrafos de esta novela que me han gustado, al final tendríamos una versión online de la novela, y es mucho mejor hacerse con este ejemplar en papel, en esta edición de KRK ediciones que es una maravilla y darse un homenaje. Luis Rodríguez no deja de sorprenderme. Aquí, de nuevo, el cántabro se gasta un humor demoledor, su personaje hace cosas absurdas, patéticas, irreflexivas, y mantiene diálogos que son la monda. Y al mismo tiempo todo resulta tan veraz, tan humano, tan próximo y tan jodidamente sorprendente e INTENSO, SÍ, INTENSO, que ahora tras haberme leído las tres novelas leídas publicadas por Luis, no sé si ponerme a leer a Kant, si dejar de leer, si dedicarme a ver la televisión como si no hubiera cerebro, o bien buscar autores inéditos de calidad similar a Luis.

Autor: Rodríguez Rodríguez, Luis

Nació en Cosío (Cantabría) en 1958. Actualmente vive en Benicàssim (Castellón). Ha publicado "La soledad del cometa" (KRK Ediciones, 2009), "La herida se mueve" (Tropo, 2015) y "novienvre" (Tropo, 2016).

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