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Busqueda avanzada- N° páginas : 160
- Medidas: 200 x 125 mm.
- Peso: gr
- Encuadernación: Rústica
Tumbas etruscas LAWRENCE,D.H.
En Tumbas etruscas, D.H. Lawrence puso de manifiesto la fascinación contemporánea por los etruscos, y también el misterio que, como pueblo, les ha rodeado desde entonces.
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Sinopsis
El libro en los medios
La sencillez y el misterio del pueblo etrusco. 03.03.16. Eric Gras. El Periódico Mediterráneo.
«Las artes y las letras han sido siempre los canales predilectos para transmitir ese conocimiento emocional y terrenal. Ha sido así desde el principio de los tiempos. Era tras era, cada civilización ha plasmado sus costumbres, ideas y creencias, enriqueciendo nuestra existencia. Desde la cultura minoica a la grecorromana, los vestigios que nos quedan resultan asombrosos, casi hipnóticos por Eric Gras los misterios que se esconden tras de sí. Podría decirse que el escritor y poeta inglés D. H. Lawrence fue uno de esos amantes de la antigüedad, como así demuestra en ‘Tumbas etruscas’ (Gatopardo), una crónica de sus viajes por Cerveteri, Tarquinia, Vulci y Volterra, ciudades clave del pueblo etrusco».
DescargarHistoria: Dioses, tumbas y faunos: el inagotable misterio del pueblo etrusco. El Confidencial. 18.02.16
«Ahora Gatopardo Ediciones publica en España "Tumbas etruscas", el librito breve y encantador en el que Lawrence registró su llegada a Caere una soleada tarde de abril [...] Para el etrusco todo está vivo; el universo entero vivía; y la labor del hombre era vivir en él. Tenía que insuflarse vida a partir de la enorme vitalidad del mundo. El cosmos estaba vivo, igual que una gigantesca criatura. Todo se agitaba y respiraba».
Autor: Lawrence, D.H.
D.H. Lawrence (1885-1930). Escritor inglés, autor de novelas, cuentos, poemas, obras de teatro, ensayos, libros de viaje y crítica literaria. Junto con Frieda Freiin von Richthofen, la mujer con quien vivió prácticamente toda su vida, viajó a Alemania, Austria e Italia, y, tras un corto periodo de vuelta a Inglaterra, inició una especie de peregrinaje por Australia, Italia de nuevo, la antigua Ceilán, Estados Unidos y México, siempre en busca del lugar ideal, hasta que, tuberculoso, terminó sus días en el sur de Francia.