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Busqueda avanzada- N° páginas : 98
- Medidas: 115 x 165 mm.
- Peso: 100 gr
- Encuadernación: Rústica
El rayo que no cesa HERNANDEZ, MIGUEL
Un de los libros más destacados de la poesía contemporánea. Aclamado en su día por la crítica, no ha dejado de editarse desde su primera publicación en los años treinta.
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Sinopsis
El amor y su sentimiento, el amor y la verdad, el amor y la muerte, el amor y su sufrimiento, esos son los temas fundamentales de “El rayo que no cesa”, el volumen que Miguel Hernández publicó en 1936 en la editorial Héroe. Inspirado posiblemente por el desengaño amoroso que el poeta sufrió tras una breve e intensa relación con la pintora Maruja Mallo, es un libro moderno, aunque muy influido aún por la poesía del siglo de oro. Las formas clásicas como el soneto, reviven en la modernidad que Miguel Hernández sabe construir partiendo de su intuición, de su clarividencia sobre todo lo que está ocurriendo en España. Testigo fiel, testigo dolorido, testigo tenaz de cuanto acontece en esos pueblos ansiosos de prosperidad y cultura que él tan bien conocía, y que visitó como representante de la República, de esa España profunda castigada por el rayo que no cesa. Visitante asimismo de una gran ciudad como Madrid, donde se echa de menos el refugio rural, el contacto con la naturaleza, la sencillez del trato con los vecinos. Miguel Hernández vivió a caballo entre dos mundos, no podía renunciar a ninguno, y fue testigo privilegiado de cuanto sucedió en nuestro país en la década de los años treinta.
El libro incluye también la conocida “Elegía a Ramón Sijé”, uno de los poemas más estremecedores y sinceros de la lírica española, un poema que ha sido además inspiración para cantautores como Joan Manuel Serrat, que lo han convertido en un himno. En él, Miguel Hernández se duele de la muerte del que había sido desde la juventud su mejor amigo, fallecido a la temprana edad de 22 años.
Autor: Hernández, Miguel
Miguel Hernández Gilabert (Orihuela, 30 de octubre de 1910 - Alicante, 28 de marzo de 1942). De familia humilde, tuvo que abandonar muy pronto la escuela para ponerse a trabajar; aun así desarrolla su capacidad para la poesía gracias a ser un gran lector de poesía clásica española. Forma parte de la tertulia literaria en Orihuela, donde conoce a Ramón Sijé y establece con él una gran amistad. A partir de 1930 comienza a publicar sus poesías en revistas como El Pueblo de Orihuela o El Día de Alicante. En la década de 1930 viaja a Madrid y colabora en distintas publicaciones, estableciendo relación con los poetas de la época. A su vuelta a Orihuela redacta Perito en Lunas (1933), donde se refleja la influencia de los autores que lee en su infancia y los que conoce en su viaje a Madrid. Establecido en Madrid, trabaja como redactor en diversas revistas y escribe "El silbo vulnerado" (1934), "Imagen de tu huella" (1934), y "El Rayo que no cesa" (1936). Toma parte muy activa en la Guerra Civil española, y al terminar ésta intenta salir del país pero es detenido en la frontera con Portugal. Condenado a pena de muerte, morirá de tuberculosis el 28 de marzo de 1942.