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UNOS DíAS DE INVIERNO: portada
  • N° páginas : 76
  • Medidas: 120 x 170 mm.
  • Peso: 76 gr
  • Encuadernación: Rústica
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UNOS DíAS DE INVIERNO MORENO,ANTONIO

Colección de haikus del poeta alicantino.

Colección:
RENACIMIENTO
Materia BIC:
Poesía de poetas individuales
ISBN:
978-84-16685-52-3
EAN:
9788416685523
Precio:
9.62 €
Precio con IVA:
10.00 €

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Sinopsis

Tras un periodo de silencio, Antonio Moreno vuelve a la poesía: "Hacía casi tres años que yo no escribía ningún verso, y de repente aparecían estos de ahora por ensalmo y casi diariamente, sin que pudiese comprender muy bien qué estaba sucediendo.
Esta etapa silenciosa, no obstante, apenas ha cambiado. De hecho, podría afirmar que en realidad han pasado más de tres años y no he escrito nada. Al menos, nada que se ajuste a lo que suele concebirse como un poema. ¿Qué es, entonces, todo esto? Diría que una plena toma de contacto con lo concreto, por intangibles que ciertas palabras de las que aquí asoman en principio puedan parecer. Palabras que, a decir verdad, aunque estén anotadas, no han sido escritas. O eso creo."

Antonio Moreno nació en Alicante en 1964. En Intervalo (2007) recopiló el conjunto de sus libros de poemas publicados hasta entonces. Posteriormente salieron a la luz Nombres del árbol (2010), El caudal (2014) y Cuaderno de Kurtná Hora (2015). El viaje de la luz (Renacimiento, 2014) es una antología del conjunto de su obra poética. Ha escrito tres cuadernos en forma de diario, Mundo menor (2004), El laberinto y el sueño (Renacimiento, 2009) y En otra casa (2012), así como los libros de prosas Alrededores (1995) y Partes de un todo (1999). Asimismo, ha reunido algunos escritos de crítica literaria en Los espejos del domingo (Renacimiento, 2004).

El libro en los medios

Unos días de invierno (Renacimento) Blog de Carlos Alcorta | Literatura y arte, 05/0/2017

05/04/2017

Un buen escritor de haikus tiene algo de naturalista aficionado, pero también de paciente y experimentado fotógrafo, siempre ojo avizor, atento para captar la imagen inaudita, espectacular, el encuadre infrecuente. En el caso del poeta, la mirada sobre las cosas adquiere una especial relevancia, aunque no es necesario entregar la vida a la contemplación, como un monje o un eremita para contemplarlas desde un punto de vista distinto del cotidiano (Santa Teresa decía que también “entre los pucheros anda Dios”, reivindicando no sólo la oración sino la obra) porque, a pesar del tráfago y de las obligaciones diarias que nos impone la supervivencia y nos distraen de lo sustancial, estar atento al entorno (y hacerlo parte de nosotros, interiorizarlo, igual que hace, por otra parte, el reportero gráfico); saber captar, ya sea con palabras o con lentes y diafragmas, la emoción, la intensidad de una imagen especial entre las miles de imágenes por segundo que se escapan a nuestra precepción, una imagen que provoca una reflexión, una imagen que produce un cortocircuito emocional y desencadena una corriente de palabras, más que corriente, en el caso de los haiku, un chispazo, es lo que tanto nos seduce de esta particular forma de escritura que con tanto arraigo ha enraizado en nuestra literatura.

Unos días de invierno (Renacimento) Laverdad.es | Canal literatura, 05/0/2017

05/04/2017

Hay que tener la sensibilidad de asombrarse, pero luego hay que tener la pericia de salvar ese asombro en tres versos de 5, 7 y 5 sílabas, y la humildad de no añadirle ningún adobo de retórica. En la «Nota del autor» con la que Antonio Moreno (Alicante, 1964) remata su libro Unos días de invierno, explica que después de tres años sin escribir un poema se le aparecieron estas piezas que no siente como poemas. Los define como «una plena forma de contacto con lo concreto». Y Antonio Moreno es un poeta reconocido y un estudioso de la poesía, es decir, que sabe lo que es un poema convencional y lo que se siente al escribirlo. Y por cierto que el tono de su poesía, reposada, contemplativa, vibra muy cerca del espíritu del haiku. Sin embargo es muy probable que un exégeta estricto del género, estoy pensando en Vicente Haya, descartaría piezas emocionantes como: «Aquí trae el viento / (que bate las persianas) / la lejanía», por la utilización de elementos no presentes en la situación, por no ceñirse a una estación concreta y por otras exquisiteces. Un buen degustador de asombros puede prescindir de todas las reglas y disfrutar del abanico que le brinda Moreno: haikus urbanos en su mayoría, aunque la sensibilidad para captarlos le naciera en un paseo junto al mar. Hay situaciones tan caseras como un telefonazo: «Llamada errónea. / Una voz me pregunta / que quién soy». O un mirarse al espejo: «Es tan extraño… / El espejo, ese rostro / cansado y viejo». Pero también las sorpresas cotidianas de alguien que mira a su alrededor y está atento a los detalles: «Un niño corre, / juega haciendo que muere. / Y cuánta vida». O «La gata escuálida / y tuerta, ha sido madre: / tres lindas crías». El contraste de la vida que nos rodea con nuestro estado de ánimo: «Turbada noche / de hospital. Al salir, / unos gorriones». Tras escribir un centenar largo de asombros, el autor sigue sintiendo que su poesía está en barbecho. Sus haikus no. Es evidente.

Unos días de invierno (Renacimento) CaoCultura, 05/0/2017

05/04/2017

“Palabras que, a decir verdad, aunque estén anotadas, no han sido escritas”: así se refiere Antonio Moreno (Alicante, 1964) a esta colección de haikus –“así lo(s) llamaremos”, apostilla– surgida en un periodo que el poeta percibe más bien como de sequía. Más que poemas, pues, estas piezas son “una toma de contacto con lo concreto”; una destilación, diríamos, de ese silencio meditativo en el que se gesta la creación poética, y que no puede encarnarse en otra cosa que en palabras, las menos posibles, las esenciales, porque lo que importa es cuanto queda sutilmente delimitado por ese ejercicio mínimo de expresión. No es nuevo en Antonio Moreno este modo de encarar el acto poético: quien dio a la imprenta en 2013 una singular antología de la poesía contemporánea titulada Vida callada no puede por menos que presentársenos como un poeta más interesado en la reverberación de la palabra en el silencio que en la verbosidad descriptiva o argumentativa. Dicho esto, sus haikus van más allá del esquema tradicional japonés –aunque también; véase éste: “Turbada noche / de hospital. Al salir, / unos gorriones”– para extenderse a lo pura anotación de un hecho cotidiano (“Dos hombres hablan / sobre Dios mientras podan / unos granados”) y llegar incluso a la pirueta verbal (“Hablo de un pájaro / y un pino y es más bien / un pinopájaro”). Y en todos resplandece el don de la gracia, que es el alma del poema.

Unos días de invierno (Renacimiento) Blog de Álvaro Valverde.

23/06/2016

Antonio Moreno (Alicante, 1964), a mi modesto parecer, uno de nuestros mejores poetas. Unos días de invierno es un delgado pero hermoso e intenso librito de haikus que por fuera ha cuidado con esmero Marie-Christine del Castillo, autora de la cubierta, realizada a partir de un grabado de Kipling. Me doy cuenta de que en vano pretende uno encerrar entre palabras lo que ha sido concebido para una lectura a la fuerza personal e intransferible. Sin embargo, no me resigno a transcribir algunos haikus (pongamos cinco) de los muchos, por no decir todos (ciento sesenta y cinco, si no he sumado mal), que han llamado mi atención. Y que cada cual juzgue. O, mejor, disfrute. Sea tu dicha lo mismo que el barranco: oculta, a solas Tabarca flota quieta en el horizonte. Mi tiempo pasa. Estoy más solo, padre: cumplo los años que tú viviste. Un bar de obreros. La muchacha con bata funda un imperio. Primer invierno... El mundo es menos mundo, porque no estás.

Autor: Moreno, Antonio

Antonio Moreno nació en Alicante en 1964. En Intervalo (2007) recopiló el conjunto de sus libros de poemas publicados hasta entonces. Posteriormente salieron a la luz Nombres del árbol (2010), El caudal (2014) y Cuaderno de Kurtná Hora (2015). El viaje de la luz (Renacimiento, 2014) es una antología de su obra poética. En esta misma editorial publicó Unos días de invierno (2016) y Más de mil vidas (2018), sendas colecciones de haikus. Sus últimas páginas en prosa, de carácter viajero o autobiográfico, son Estar no estando (2016), El sueño de los vencejos (2019) y Visita de año nuevo (2020).


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