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¡Vaya con los coloretes de mis mofletes!: portada

Primer capítulo / Extracto

  • N° páginas : 32
  • Medidas: 230 x 230 mm.
  • Peso: 300 gr
  • Encuadernación: Carton‚
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¡Vaya con los coloretes de mis mofletes! GIL GARCIA,PAOLA

Cómo la vergüenza puede transformarse en fortaleza.

Editorial:
Ilustrador:
Alba Manero
Colección:
EL EQUILIBRIO DE MORFEO
Materia BIC:
Álbumes ilustrados
Edad recomendada:
Edad de interés: a partir de 7 años
ISBN:
978-84-19106-07-0
EAN:
9788419106070
Precio:
14.38 €
Precio con IVA:
14.96 €

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Sinopsis

Cuando el vergonzoso semáforo Colorete logra dejar de ponerse rojo cada vez que cualquier vehículo se acerca a él, aparece el buzón Refunfuñón, que hará todo lo posible para devolverle la vergüenza y volver a ser el protagonista. ¿Conseguirá salirse con la suya antes de ponerse colorado también?




El libro en los medios

Cómo sacar los colores a un semáforo

29/01/2022

Alba Manero se estrena en la ilustración de libros infantiles con "¡Vaya con los coloretes de mis mofletes!" y observa la vuelta a la infancia como una de las claves del proceso creativo. Sin buscarlo, Alba Manero se ha topado con un camino en el que se ha sentido cómoda y le ha devuelto a una infancia que ella creía perdida. Aquella niña que siempre estaba leyendo y dibujando ha irrumpido en su escritorio durante la ilustración del libro infantil ¡Vaya con los coloretes de mis mofletes!, escrito por la alcarreña Paola Gil García y publicado por Babidi-Bú. Precisamente este sello editorial, en cuya nómina de ilustradores se encuentra, ha abierto esta puerta aún sin cruzar por la artista burgalesa y se ha sentido realmente bien. Tanto como para seguir explorando esta senda. «Aunque en un principio no tenía previsto dedicarme a la ilustración infantil, el destino me lleva por ahí y lo estoy disfrutando mucho porque, además, es como volver a mi infancia», advierte antes de adentrarse en este volumen que cuenta la historia de un semáforo muy vergonzoso, Colorete, que con gran acierto desempeña su labor en su ciudad, Queyupi, y hace que todo el mundo le quiera mucho y esté muy contento con sus servicios, sin saber que tanto elogio está despertando la envidia de un buzón, Refunfuñón, que intentará sacarle los colores. «Me gustó mucho porque habla de diversidad de caracteres, de aceptación de uno mismo, deja claro que no todo el mundo tiene que ser de una determinada manera, sino que existen distintos patrones de comportamiento y todos son válidos y aceptables, además de hacer hincapié en otros valores como la importancia de la empatía y la colaboración», agrega Manero al tiempo que detecta como una de las claves del proceso creativo la vuelta a la infancia propiciada por este trabajo. «Lo más importante es ponerte en su piel y retrotraerte a esos tiempos en los que tú también eras pequeño. Esto te lleva a hacer unas ilustraciones con mucho colorido, con formas y gestos sencillos, muy identificables, como cuando el buzón está enfadado o el semáforo tiene vergüenza...», traza con una sonrisa. El primer paso en esta aventura es la lectura del texto con una comunicación constante y fluida con la escritora. Contrastar cómo se imaginan una y otra a los personajes. Tras esta puesta en común, la ilustradora realiza sus bocetos de forma manual, determina en qué momentos del relato encajará cada dibujo, y después los trabaja con ilustración digital en la tableta, que le permite llevárselos a todos los sitios, y pulir, y perfilar, y probar, y borrar... La palabra inspiración surge como una compañía esencial, pero salta igualmente como necesaria una labor de investigación, de brujulear entre los personajes infantiles, mucho ensayo-prueba-error y testar con gente allegada, sobre todo con sus futuros lectores. Alba Manero (Burgos, 1990) se estrena como ilustradora en los escaparates y estanterías de las librerías infantiles con ¡Vaya con los coloretes de mis mofletes!, pero no es el primero al que se enfrenta. En el cajón aguardan su oportunidad otros proyectos personales que huyen de la autopublicación, la única salida para un autor novel en la mayoría de los casos. Mientras este momento llega, aún se pellizca para convencerse de que no vive en un sueño. «Todavía no me creo que esté publicado. ¡Ha llegado tan rápido! Me hace mucha ilusión, sobre todo cuando me llegan reacciones muy buenas de compañeros y amigos que ya lo han comprado para sus niños», anota tan feliz como los habitantes de Queyupi.

Autor: Gil García, Paola

Desde pequeña ha sido una apasionada del mundo de la enseñanza y la literatura, siendo los cuentos grandes protagonistas a lo largo de su vida desde que tiene memoria. La alcarreña siempre ha considerado que todas las personas poseen un mundo inmenso dentro de ellas, y que gracias a la literatura pueden dejarlo fluir. Así que decidió ser maestra de Educación infantil y escritora de cuentos infantiles, con el fin de mostrar a los niños y niñas que todos podemos ser los protagonistas de nuestra propia historia.


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